“Familias: Sed héroes del testimonio y de la santidad”

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Viernes, 25 de septiembre tuvo lugar la clausura del Congreso del VIII Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia. Muchas familias siguieron llegando a la ciudad para estar allí a la llegada del Papa Francisco, que asistiría al festival de las familias el sábado 26 de septiembre en el famoso Benjamin Franklin Parkway, también conocido como los “Champs Elysees de la ciudad del amor fraterno” y celebraría la Misa de la mañana siguiente en la que estaba prevista la participación de un millón y medio de personas.

La llegada del Papa no ha hecho sino aumentar el entusiasmo que ya se respiraba en los pasillos del Pennsylvania Convention Center, ya muy animado gracias a las actividades programadas para este día. En primer lugar, durante la Misa de clausura del Congreso, presidida por Monseñor Paglia, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, éste recordó a todas las familias presentes que el encuentro Mundial de las Familias no es sólo un evento que se repite cada tres años sino que “son días en los que se vive un tiempo de gracia, un tiempo para reconstruir, un don de Dios”. Asimismo las animó a “ponerse a trabajar”, para hacer frente a las dificultades que la familia vive cada día. “Ponerse a trabajar – subrayó – significa que no se puede seguir haciendo lo que siempre hemos hecho, que ya no basta con condenar el presente y retirarse en los patios de sus propias casas. Necesitamos una nueva pasión por la familia y un amor más generoso y más creativo que sea capaz de sostenerla”. También instó a las familias a que se ayudasen recíprocamente, sobre todo a que ayudasen a las más débiles, de modo que puedan superar la soledad y encontrar nuevas fuerzas. Citando a san Ignacio de Antioquía, les recordó que están llamadas al “heroísmo del testimonio, el heroísmo del amor, el heroísmo de la santidad”.

Así mismo, durante la sesión de la mañana, en presencia de nueve mil personas, el Cardenal Seán Patrick O’Malley, Arzobispo de Boston, precedido por el Pastor Rick Warren, pastor y fundador de Saddleback Community Church en Lake Forest, cerró el Congreso con su discurso sobre “La Alegría del Evangelio de la Vida”, y contó las historias de muchas familias que a pesar de vivir situaciones difíciles y a veces desalentadoras, encuentran en la presencia de Cristo la fuente generadora de alegría para sus vidas y para sus familias. También instó a las familias – al igual que Monseñor Paglia – a encontrar “una nueva forma de anunciar el Evangelio en el mundo contemporáneo” y a estar unidas con el objetivo de transformar “las multitudes en comunidades vivas”, para que así puedan ser testigos de la belleza y de la alegría del Evangelio.